Recuerdo perfecto 1991, acaba casi de entrar a la Ibero, iba en en tercer semestre y era fanático de las películas de terror (bueno, se lo debo a mi mamá que a los 7 años me hizo ver Suspiria), pero había un rumor de una película que ascendía al género a cine de arte. El thriller perfecto, de las mejores películas de asesinos seriales, actuaciones impresionantes, de eso y más se hablaba de la obra cumbre de Thomas Harris, The Silence of the Lambs. Ya conocía al Dragón Rojo y a Hannibal Lecter lo había visto en la joya de los 80 Manhunter (In-A-Gadda–Da–Vida SIEMPRE será épica). Por supuesto, moría por ver Silence. Acabo de verla de nuevo y me sigue aterrando como hace 25 años. Goodbye Horses nunca será igual:
Mi nota en Chilango.com sobre esta cinta de culto de Jonathan Demme.